Zoológicos y Acuarios un negocio o un instrumento «educativo»

Casi todos en algún momento de nuestra vida hemos visitado o nos han llevado a zoológicos y acuarios, la mayoría de las veces desde un prisma inocente e infantil en la que pensábamos que los animales estaban protegidos, felices y bien alimentados, pero la realidad es bien diferente. Bien es cierto que la tendencia actual es crear hábitats semejantes al lugar de procedencia de los animales creando entornos más “saludables e interactivos “, pero siguen siendo una fuente de ingresos a costa de un negocio con alrededor de 700 millones de visitante al año, que tienen como origen la explotación animal.

Intentaremos analizar todos los puntos de vista para que podáis tener un criterio propio en este asunto.

Por un lado en numerosas ocasiones los animales están encerrados en  espacios muy pequeños en los  que se le modifica sus conductas alimentarias y de relación con otros animales, incluido el apareamiento.

Las necesidades de cada especie se ven alteradas ,sobre todo en las aves y animales acuáticos ya que resulta imposible recrear espacios tan amplios para su desarrollo. En definitiva su estimulación mental es inexistente provocándoles alteraciones conductuales que os mostramos en un video, basados en repeticiones compulsivas de movimientos y autolesiones.

En la actualidad existen otros modelos de zoos que cumplen una estricta normativa  que abanderan el uso de estas instalaciones con fines educativos, de investigación y conservación.

Ciertos tipos de «zoológicos» actuarían como una herramienta para acercar  la naturaleza a sus visitantes y les educarían en el respeto y el amor por los animales, lo que podría favorecer en cierta manera a su conservación. Por otro lado muchos animales habrían nacido en cautividad o serían fruto de rescates o incluso los zoos actuarían como salvaguarda de especies en peligro de extinción. ¿Deberían llamarse «Zoos» en ese caso, o actuarían como cierto tipo de Santuarios?

Pero son los acuarios los que se llevan la peor parte por las pésimas consecuencias que acarrear a los animales que mantienen atrapados. En el caso de los delfines, son arrebatados  de su hábitat mediante crueles técnicas que provocan la muerte de muchos de ellos a causa del estrés y de estos, el  50%  morirá durante el trayecto a su nueva «casa» artificial. Por dar algún dato más, los delfines acostumbran a nadar entre 150 y 180 Km al día y a 600 m de profundidad pero en cautiverio sólo lo hacen en los 7 metros de largo de una piscina  y a un máximo de 15 m de profundidad. ¿Sigue siendo lícita la utilización de estos seres para el simple disfrute de las personas que van a estos centros?

En cuanto a la forma de alimentar a estos animales se hace aún más complejo ya que al venir en su mayoría de una vida en libertad tardan en asimilar el pescado muerto como su fuente nutritiva teniendo que ser alimentados al principio mediante la introducción de un tubo en el estómago; además sus sistemas de ecolocalización se ven alterados y los productos químicos de las piscinas  dañan su piel.
La Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA), EAZA (European Association of Zoos and Aquaria), WAZA (World Association of Zoos and Aquariums) , InfoZoo   o la plataforma ZOOXXI son algunas figuras  que defienden la idea de apoyar a los zoológicos, acuarios y organizaciones afines del mundo en el cuidado y el bienestar de los animales, la educación ambiental y la conservación global así como favorecer aquellos  zoológicos orientados al desarrollo de programas de conservación y reintroducción para las especies autóctonas de su zona. ¿ Los apoyarías?

Hay un límite entre crear un modelo de «zoo» que sea de utilidad para los animales y no un medio para nuestro uso y disfrute.

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